Condiciones: Óptimas: buena señalización, buen estado de conservación. A pesar de la pendiente, la subida a la Mtña. de Tauro es cómoda , igual que su bajada hacia la Degollada de Las Lapas. El tramo del Guirre al Molino de Viento es más peligroso (v. Camino 3).
Tramo A: Presa de Salto del Perro-Degollada de Las Lapas:
Se inicia en la carretera de Ayacata a Barranquillo Andrés (pasando la presa de Las Niñas y la Cruz de San Antonio) o desde el Bco. de Mogán por Albarianes. La entrada del sendero se ve clara, señalizada por un mojón indicativo. Comenzamos el ascenso por la Montaña de Tauro hasta situarnos en la Fuente del Durazno (amplia explanada que se nos abre en un recodo del camino). A partir de este punto, la subida en zigzag nos lleva hasta la cima, con la opción de acercarnos hasta el Almogarén o Tagoror, por un sendero a nuestra izquierda. Continúa el recorrido en descenso suave, hasta la Degollada de Las Lapas, donde se encuentra una antigua casa de uso forestal abandonada usada para refugio de guardas y pastores. Este paso es un cruce de senderos: al SW, el camino de los Llanos del Guirre (Laderones/Molino de Viento, Hoya del Salitre) y al E, dejando atrás un primer mojón junto a la casa, nos encontramos con otro mojón indicativo, a unos doscientos metros por la Cañada de la Salvia, que nos orienta en dos direcciones: siguiendo hacia el E, conectamos con el camino a Cortadores, y hacia el S, nos dirigimos a los Llanos de Gamona.
Una vez llegados a la Degollada de Las Lapas tenemos dos alternativas para llegar al Guirre: el tramo de los Llanos del mismo nombre o el tramo que baja a los Llanos de Gamona y el Bco. de Taurito, dando un rodeo muy interesante, para luego descender hacia Molino de Viento.
Tramo B: Degollada de Las Lapas-El Guirre:
El sendero claro y bien señalizado, sigue en descenso suave, casi llaneando. Al avanzar, observamos algunos ejemplares de pino canario y también de cardoncillos y otra casa de piedra seca, derruida. Continúa el camino y llegamos a la Fuente del Guirre, dejando el Bco. de Taurito a la izquierda. Seguimos hasta llegar a un corral de piedra seca en el Paso de Laderones.
Tramos C: Paso de Laderones-Molino de Viento
Desde el redil, se desciende en pendiente acusada por un sendero empedrado. Luego se llanea un poco por el andén, para volver a bajar en zigzag (atención al esfuerzo sobre las rodillas y los pies). Finaliza el sendero en una pista de tierra (mojón indicativo) que conecta con un tramo asfaltado (500 m aprox.), por el que se accede a diferentes fincas y a la carretera C-812 , en el núcleo de Molino de Viento.
Interpretación:
Presa de Salto del Perro-Degollada de Las Lapas:
Dejamos a nuestra espalda la Presa del Salto del Perro, para coger el sendero que sube la Mtña. de Tauro. A primera hora de la mañana, la montaña se nos aparecerá como un gigante dormido que comienza a despertar; la mitad inferior en sombra y la superior de color rojizo, en contraste con el verde brillante de los pinos, por la salida del sol.
Al llegar al lomo de la Fuente del Durazno, podemos parar un momento para estirarnos y disfrutar de una magnífica panorámica (casi circular) coronada por la cabecera del Bco. de Mogán, con la Mtña de Aslobas y el Teide al fondo hasta la rampa de Santidad, al SE. En primer término, rellenando el espacio entre el Macizo de Inagua-Ojeda-Pajonales y la Rampa de Tauro, vemos los llanos de Majada Alta.
Continuamos con el ascenso a la montaña por un sendero relativamente estrecho, primero entre matorrales (cardonal-tabaibal) y conforme nos acercamos a la cima, entre pinos. Destacan en el sotobosque las «lágrimas de la virgen», con su características florecillas blancas. Testigo de la actividad forestal de otros tiempos, encontraremos a la izquierda del camino los restos de un horno de brea, donde se obtenía, a partir de la resina de la corteza del pino, la pez o brea para calafatear los barcos. Cerca de la cima podemos ir divisando también el Macizo de Guguy, en el que sobresalen la Mtña. de Hogarzales y la del Cedro al fondo hacia La Aldea. Si visitamos el yacimiento «La Iglesia de los Canarios» (debemos ser respetuosos al máximo), podremos entender el sentido cultual más que probable del recinto, por la mística del lugar , con una panorámica muy bella. De vuelta en el camino, desde el murete de piedra que nos indica el mismo se observa hacia el mar, toda la rampa que se nos abre en abanico, con los grandes llanos interrumpidos (del Guirre, al W, y de Gamona al E), por la incisión de los barrancos de Taurito, y de Tauro.
A medida que abandonamos la Mtña. de Tauro, el pinar se abre quedando «manchones» de pinos, algunos también sueltos o en parejas. Y de nuevo comienzan a aparecer los matos; destacan ahora los cardoncillos, en toda la rampa, con su característico color verde grisáceo. Pero el rasgo más curioso y destacado del camino lo constituyen las lajas, producidas por la erosión del material traquifonolítico de la rampa, que también nos acompañarán prácticamente en todos los caminos de ésta, como una musiquilla provocada por la percusión de nuestro calzado contra el suelo. Este sonido da origen al nombre de estas rocas: fonolitas («fono»=sonido, «lita»=piedra).
Tras un descenso de pendiente moderada, aunque corta, llegaremos a la Degollada de Las Lapas. A mano derecha, a unos cincuenta metros hacia el W tras la casa semiderruida, se abre un balcón o mirador hacia Mogán (cuidado con el precipicio y el vértigo). Una característica típica de las degolladas es el azote del viento que pasa de una vertiente a otra, notándose más el contraste entre una vertiente y otra.
Degollada de Las Lapas-Llanos del Guirre-El Guirre:
Este tramo discurre casi en línea recta por un lomo amesetado, que es en realidad el borde W de la rampa de Tauro y que en algunos lugares se eleva formando morros muy escarpados (laderas del Bco. de Mogán). De hecho, durante el camino podemos asomarnos continuamente a los riscos (con cuidado) y ver en el fondo el valle de Mogán y sobre éste, la rampa de Tabaibales, apreciándose mejor ahora la Punta de igual nombre que corona esta estructura. Bajo uno de estos miradores, se encuentra un drago (Dracaena draco), prácticamente colgado en el risco, También hay otros de menor tamaño, que pertenecen a la especie endémica de la isla descubierta recientemente por técnicos del Cabildo Insular y denominada Dracaena Tamaranae. También hay algunas sabinas y pinos rupícolas que aprovechan algún saliente en la roca o algún andén.
En los Llanos del Guirre, predomina un paisaje rocoso, interrumpido por algunos grupos de pinos. Abundan las tabaibas amargas y tajinastes blancos, algunas jaras, inciensos, etc.
Se trata en general de vegetación xérica, adaptada a suelos muy pobres o poco profundos (litosuelos).. En los riscos y por la acción erosiva del viento, se han formado cuevas (taffonis) que han sido aprovechadas también por los pastores. Ejemplo de ello es la Cueva de los Gatos, situada en el Puntón del Guirre que actualmente se encuentra en mal estado, debido a las incursiones de desaprensivos.
El Guirre – Laderones – Molino de Viento:
Al llegar al Guirre, encontraremos un murete circular de piedras (un redil) que atestigua también la actividad ganadera practicada en Tauro y en Mogán
Llegados a la encrucijada podemos otear el Paso de Laderones (el sufijo aumentativo de «laderones», nos da cuenta de las grandes proporciones de este escarpe). El andén descubierto por la erosión que nos sirve de sendero, permite observar algunos ejemplares de sabinas colgadas en el risco. Hacia abajo zigzagueamos por el gigantesco talud tapizado de derrubios en dirección hacia el Molino que da nombre al caserío. Debemos comenzar con mucho cuidado el descenso (atención, puede ser peligroso). Al llegar abajo, la satisfacción que nos produce superar una pendiente casi vertical, compensa el esfuerzo. Una vez finalizado el camino, podemos descansar en el Molino (valor histórico-etnográfico). Fue reconstruido tras un incendio acaecido a finales del siglo XIX y actualmente, además de su uso propio (molienda del grano), tiene valor como recurso etnográfico y punto de información y puede ser visitado.