Condiciones: Óptimas: buena señalización, buen estado de conservación. A pesar de la pendiente, la subida a la Mtña. de Tauro es cómoda , igual que su bajada hacia la Degollada de Las Lapas. El tramo del Guirre al Molino de Viento es más.
Tramo A: Presa de Salto del Perro – Degollada de Las Lapas:
Ver descripción de este tramo la ruta nº4.
Una vez llegados a la Degollada de Las Lapas tenemos dos alternativas para llegar al Guirre: el tramo de los Llanos del mismo nombre o el tramo que baja a los Llanos de Gamona y el Bco. de Taurito, dando un rodeo muy interesante, para luego descender hacia Molino de Viento.
Tramo B: Degollada de Las Lapas – Llanos de Gamona:
El sendero discurre llaneando con buen firme y claramente señalizado, continuando en suave descenso para llegar a las Lajas de Medina, donde se ven amontonamientos de piedras (lajas) que pueden confundirnos con los mojones que señalan el camino (precaución), hasta llegar a los Llanos de Gamona . Aquí nos encontramos con una pista de tierra de uso privado procedente de la desembocadura del Bco. de Tauro. También vemos, al finalizar este tramo, el mojón indicativo que nos anuncia un nuevo cruce de senderos: hacia el O, el camino que se dirige a los Llanos del Guirre cruzando el Bco. de Taurito y al E, el sendero que baja por el impresionante Bco. de Tauro, hacia las Casas del mismo.
Tramo C:Llanos de Gamona – Charcas de Taurito – Llanos del Guirre:
Desde los Llanos de Gamona se toma el sendero del O por un barranquillo, el Caidero Negro, tras el cuál nos dirigimos hacia el cauce del bco. de Taurito bajando por su margen derecha (Umbría del rincón de Taurito). Bordeando un andén en llano por el sendero claro y ancho, llegamos al cauce para cruzar a la otra vertiente y subir en zigzag por el Andén Colorado, hasta alcanzar los Llanos del Guirre donde encontramos un mojón de gran tamaño. Continuamos en dirección W sin sendero definido (atención a los mojones), cruzando un pequeño barranquillo para enlazar con el cruce de caminos que nos orienta hacia Laderones (SW) en esta ruta, o hacia la Degollada de Las Lapas (N, mojón indicativo).
Tramo D: Paso de Laderones – Molino de Viento:
Desde el redil, se desciende en pendiente acusada por un sendero empedrado. Luego se llanea un poco por el andén, para volver a bajar en zigzag (atención al esfuerzo sobre las rodillas y los pies). Finaliza el sendero en una pista de tierra (mojón indicativo) que conecta con un tramo asfaltado (500 m aprox.), por el que se accede a diferentes fincas y a la carretera C-812 , en el núcleo de Molino de Viento.
Interpretación:
Presa de Salto del Perro-Degollada de Las Lapas:
Dejamos a nuestra espalda la Presa del Salto del Perro, para coger el sendero que sube la Mtña. de Tauro. A primera hora de la mañana, la montaña se nos aparecerá como un gigante dormido que comienza a despertar; la mitad inferior en sombra y la superior de color rojizo, en contraste con el verde brillante de los pinos, por la salida del sol.
Al llegar al lomo de la Fuente del Durazno, podemos parar un momento para estirarnos y disfrutar de una magnífica panorámica (casi circular) coronada por la cabecera del Bco. de Mogán, con la Mtña. de Aslobas y el Teide al fondo hasta la rampa de Santidad, al SE. En primer término, rellenando el espacio entre el Macizo de Inagua-Ojeda-Pajonales y la Rampa de Tauro, vemos los llanos de Majada Alta.
Continuamos con el ascenso a la montaña por un sendero relativamente estrecho, primero entre matorrales (cardonal-tabaibal) y conforme nos acercamos a la cima, entre pinos. Destacan en el sotobosque las «lágrimas de la virgen», con su características florecillas blancas. Testigo de la actividad forestal de otros tiempos, encontraremos a la izquierda del camino los restos de un horno de brea, donde se obtenía, a partir de la resina de la corteza del pino, la pez o brea para calafatear los barcos. Cerca de la cima podemos ir divisando también el Macizo de Guguy, en el que sobresalen la Mtña. de Hogarzales y la del Cedro al fondo hacia La Aldea. Si visitamos el yacimiento «La Iglesia de los Canarios» (debemos ser respetuosos al máximo), podremos entender el sentido cultual más que probable del recinto, por la mística del lugar , con una panorámica muy bella. De vuelta en el camino, desde el murete de piedra que nos indica el mismo se observa hacia el mar, toda la rampa que se nos abre en abanico, con los grandes llanos interrumpidos (del Guirre, al W, y de Gamona al E), por la incisión de los barrancos de Taurito, y de Tauro.
A medida que abandonamos la Mtña. de Tauro, el pinar se abre quedando «manchones» de pinos, algunos también sueltos o en parejas. Y de nuevo comienzan a aparecer los matos; destacan ahora los cardoncillos, en toda la rampa, con su característico color verde grisáceo. Pero el rasgo más curioso y destacado del camino lo constituyen las lajas, producidas por la erosión del material traquifonolítico de la rampa, que también nos acompañarán prácticamente en todos los caminos de ésta, como una musiquilla provocada por la percusión de nuestro calzado contra el suelo. Este sonido da origen al nombre de estas rocas: fonolitas («fono»=sonido, «lita»=piedra).
Tras un descenso de pendiente moderada, aunque corta, llegaremos a la Degollada de Las Lapas. A mano derecha, a unos cincuenta metros hacia el W tras la casa semiderruida, se abre un balcón o mirador hacia Mogán (cuidado con el precipicio y el vértigo). Una característica típica de las degolladas es el azote del viento que pasa de una vertiente a otra, notándose más el contraste entre una vertiente y otra.
En dirección a los Llanos de Gamona, rodearemos la Cañada de Las Lapas (cabecera del bco. de Taurito), entre pinos, para continuar por un pequeño cuchillo, que nos permite asomarnos y ver el gran tajo provocado por la incisión del Bco. de Tauro. Este estrecho lomo se ensancha más adelante formando grandes llanos (lomos amesetados), conocidos como las Lajas de Medina y los Llanos de Gamona, en los que, como sus nombres indican, lo que predomina en el primero es un paisaje de rocas salpicados por cardoncillos, tabaibas y taginastes; y probablemente, el topónimo de «Gamona» del segundo llano, haga referencia a la presencia de esta planta asociada a los pinares. Desde las Lajas de Medina hay una buena perspectiva de la parte inferior de la rampa y se divisan a lo lejos los núcleos urbanos costeros (Arguineguín, Puerto Rico).
Degollada de las Lapas – Llanos de Gamona – Charcas de Taurito – Llanos del Guirre:
En dirección a los Llanos de Gamona, rodearemos la Cañada de Las Lapas (cabecera del bco. de Taurito), entre pinos, para continuar por un pequeño cuchillo, que nos permite asomarnos y ver el gran tajo provocado por la incisión del Bco. de Tauro. Este estrecho lomo se ensancha más adelante formando grandes llanos (lomos amesetados), conocidos como las Lajas de Medina y los Llanos de Gamona, en los que, como sus nombres indican, lo que predomina en el primero es un paisaje de rocas salpicados por cardoncillos, tabaibas y taginastes; y probablemente, el topónimo de «Gamona» del segundo llano, haga referencia a la presencia de esta planta asociada a los pinares. Desde las Lajas de Medina hay una buena perspectiva de la parte inferior de la rampa y se divisan a lo lejos los núcleos urbanos costeros (Arguineguín, Puerto Rico).
Hemos descendido por las Lajas de Medina y ahora tomamos rumbo al Bco. de Taurito. Se trata de un tramo suave, con poca pendiente, gracias al buen trazado del sendero, hasta llegar a la margen W del mismo (Andén Colorado, ladera de solana). Nos encontramos cerca de la cabecera (Cañada de Las Lapas), de este barranco, justo en el tramo siguiente donde comienza a tener mayor proporciones, con un perfil en V y un cauce muy estrecho interrumpido por continuos saltos. Es en estos saltos donde en invierno se forman, tras las lluvias, las «Charcas de Taurito». Si tenemos la suerte de verlas con agua, harán nuestro paseo aún más placentero-. La vegetación predominante es la misma (Cardonal-Tabaibal), aunque menos desarrollada que en otros tramos descritos.
Después de superar el Andén Colorado entraremos en los Llanos del Guirre, con vegetación muy escasa y suelo muy empedrado.
Paso de Laderones – Molino de Viento
Llegados a la encrucijada podemos otear el Paso de Laderones (el sufijo aumentativo de «laderones», nos da cuenta de las grandes proporciones de este escarpe). El andén descubierto por la erosión que nos sirve de sendero, permite observar algunos ejemplares de sabinas colgadas en el risco. Hacia abajo zigzagueamos por el gigantesco talud tapizado de derrubios en dirección hacia el Molino que da nombre al caserío. Debemos comenzar con mucho cuidado el descenso (atención, puede ser peligroso). Al llegar abajo, la satisfacción que nos produce superar una pendiente casi vertical, compensa el esfuerzo. Una vez finalizado el camino, podemos descansar en el Molino (valor histórico-etnográfico). Fue reconstruido tras un incendio acaecido a finales del siglo XIX y actualmente, además de su uso propio (molienda del grano), tiene valor como recurso etnográfico y punto de información y puede ser visitado